En la planta de la cafetería
pegada a la ventana
me encontraba
yo, comiendo mis adoradas
crepas dulces, la profesora
no había llegado y me había escapado
de los disparatados de mis amigos
para estar un momento a solas y tranquila.
No observaba otra cosa que no fuera
ese árbol ya casi completamente deshojado
por el viento y el granizo.
Me sentí abochornada y mis labios
secos se pusieron, giré a la mesa para ver quien
había provocado esa reacción.
Oh! ahí estaba él, mirandome
con esos dos ojos amielados
y el cabello despeinado. Sonreía contemplandome
lo que causó más asombro en mí.
-¿Me vería muy irrespetuoso si te pido de tu crepa?- Preguntó con un lenguaje muy educado y coqueto.
-Sería muy egoista mi persona sino le comparto un poco- Contesté
a su galantería.
Tomó el cubierto y el tenedor y cortó un pedazo.
Lo observaba al comer, aún era más lindo.
Sonó la campana, apresurosa me levanté
le dije que me disculpara y salí disparada
lejos de él.
Ya había caminado bastante hacia mi salón también había
bajado el ritmo de mi caminar o mejor dicho trote.
Me tomaron del brazo, y lo jalaron, y como
tiendo a ser debilucha, me detuvieron:
Giré para darme cuenta que era él.
-Ésta es la segunda vez que te encuentro,
me atreví a pedir de tu desayuno, pero no me
había armado de valor para preguntar tu nombre.
¿Me harías el favor de decirme tu nombre ó me dejarás
con ésta curiosidad que me envenena el corazón?
Ante su pregunta me cuestioné, si mi nombre era bello siquiera,
el primero era muy común y ordinario, el segundo
me parecía más atractivo, además solo sería él
quien me llamaría así.
-Sofía. Tartamuda contesté.
Sus ojos se clavaron en mis labios, lo que inmediatamente hizo que
tornará mi cabeza a otro lado para evadir su mirada.
Segundo encuentro había dicho él.
martes, 5 de octubre de 2010
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aijoesuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarque emocionante jajaja... después que pasoooo?????
no me dejes así comadre
que chamaco tan mas aventado jejeje
Su.